Cushing?
DE: Cushingsymptome beim Pferd – nicht immer, was es scheint
Cushing – oder genauer PPID (Pituitary Pars Intermedia Dysfunction) – ist ein Thema, das bei älteren Pferden immer wieder für Aufregung sorgt. Wer schon einmal erlebt hat, dass sein Pferd im Frühjahr sein Winterfell kaum loswird, kennt diesen Schockmoment:
„Oh nein – hat mein Pferd Cushing?“
Was ist Cushing überhaupt?
Echtes Cushing (PPID) ist eine hormonelle Störung, bei der die Hirnanhangdrüse dauerhaft zu viele Hormone ausschüttet. Meist liegt die Ursache in einer gutartigen Vergrößerung eines Drüsenanteils. Die Folge: Stoffwechsel und Hormonsystem geraten aus dem Gleichgewicht.
Typische Symptome:
- Verzögerter oder ausbleibender Fellwechsel (langes, zottiges Fell auch im Sommer)
- Fettpolster an ungewöhnlichen Stellen
- Abbau der Rückenmuskulatur
- Tränende Augen, Infektanfälligkeit
- Neigung zu Hufrehe
Cushing-ähnliche Symptome – ohne PPID
Nicht jedes Pferd mit Fellwechselproblemen hat automatisch einen Tumor in der Hirnanhangdrüse.
Gerade bei älteren Pferden können
Cushing-ähnliche Symptome auftreten, wenn:
- die Leber überlastet ist (z. B. durch Alter, Futterqualität oder Vorerkrankungen),
- Mineralstoff- und Spurenelementmängel bestehen,
- die Eiweißversorgung nicht ausreicht,
- die Darmflora aus dem Gleichgewicht geraten ist.
Das macht die Sache knifflig: Ein verspäteter Fellwechsel kann sowohl ein Hinweis auf PPID als auch auf ein reines Stoffwechselproblem sein.
Warum eine klare Diagnose wichtig ist
Eine Blutuntersuchung (ACTH-Test) gibt mehr Sicherheit. Echtes PPID ist fortschreitend und sollte in der Regel medikamentös (z. B. mit Pergolid/Prascend) behandelt werden.
Praxisfall: Der Wallach meiner Freundin
Wie so eine Unterstützung in der Praxis aussehen kann, zeigt der Fall eines 20-jährigen Reitpony-Wallachs:
Vor etwa zwei Jahren rief mich seine Besitzerin – eine sehr liebe Freundin – völlig beunruhigt an. Nach dem Winter wollte sich sein Fell einfach nicht lösen. Während ihr anderes Pferd schon im kurzen Sommerfell glänzte, stand er immer noch im dichten Wintermantel.
Die Tierärztin äußerte den Verdacht auf Cushing (PPID) – und die erste Reaktion war:
„Oh nein – das Medikament ist ja super teuer und hier in Spanien kaum zu bekommen.“
Bevor sie diesen Weg ging, beschlossen wir gemeinsam, es zunächst mit gezielter Ernährungs- und Stoffwechselunterstützung zu versuchen.
Der Wallach wurde zu diesem Zeitpunkt hauptsächlich mit Stroh und Garba (ungedroschenes Stroh) gefüttert – was er sehr gut vertrug. Ergänzend kamen hinzu:
- Spurenelemente (u. a. Zink, Kupfer, Mangan) zur Unterstützung von Haut, Fell und Stoffwechsel
- Bierhefe zur Förderung der Darmflora und Leberfunktion
- Agnus castus (Mönchspfeffer) in niedriger Potenz (D6), 2× täglich, nach Rücksprache mit der Tierheilpraktikerin
- Etwas Schwarzhafer als Eiweißergänzung, um den Fellwechsel zu fördern
Nach einigen Wochen begann sich das Fell endlich zu lösen – zunächst langsam, dann deutlich schneller.
Der Fellwechsel im folgenden Sommer und auch zum nächsten Frühling verlief völlig unproblematisch.
Weil es ihm insgesamt so gut ging, setzten wir einen Teil der Maßnahmen aus – darunter Agnus castus, Leberunterstützung, Spurenelemente und Bierhefe.
Diese Entscheidung erwies sich als Fehler:
Im darauffolgenden Frühjahr kam der Fellwechsel wieder gar nicht in Gang. Dieses Mal reagierten wir sofort – Spurenelemente, Bierhefe, Mariendistel und Agnus castus wurden direkt wieder gegeben.
Bereits eine Woche später lag der gesamte Paddock voller Fellbüschel – der Wallach war mitten im Fellwechsel.
Fazit
Mit relativ einfachen Futterergänzungen konnte der Wallach seine Cushing-ähnlichen Symptome überwinden –
ohne Medikamente und ohne Nebenwirkungen.
Heute wissen wir: Die Unterstützung muss dauerhaft bleiben. Und genau das tun wir jetzt auch.
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Hinweis zur Medikamentenverfügbarkeit in Spanien
Das „klassische“ Cushing-Medikament
Prascend (Wirkstoff Pergolid) ist in Spanien oft schwer zu bekommen. Meist muss es über spezialisierte Apotheken oder den Tierarzt importiert werden, was Zeit und zusätzliche Kosten bedeutet.
Seit 2024 gibt es jedoch eine
europäische Alternative namens Pergocoat, ebenfalls mit Pergolid als Wirkstoff. Sie ist in verschiedenen Dosierungen erhältlich und könnte in Zukunft auch den Bezug in Spanien erleichtern – sprich am besten mit deinem Tierarzt über die aktuelle Verfügbarkeit.
ES: Síntomas de Cushing en caballos – no siempre es lo que parece
El Cushing – o más exactamente
PPID (Pituitary Pars Intermedia Dysfunction) – es un tema que, en caballos mayores, provoca preocupación una y otra vez.
Quien haya vivido que su caballo en primavera apenas pierde el pelaje de invierno conoce ese momento de alarma:
“¡Oh no! ¿Tendrá mi caballo Cushing?”
¿Qué es realmente el Cushing?
El Cushing verdadero (PPID) es un trastorno hormonal en el que la hipófisis produce de forma continua un exceso de hormonas.
La causa suele ser un agrandamiento benigno de una parte de la glándula.
Como resultado, el metabolismo y el sistema hormonal se desequilibran.
Síntomas típicos:
- Cambio de pelo retrasada o ausente (pelaje largo y rizado incluso en verano)
- Acúmulo de grasa en zonas poco habituales
- Pérdida de musculatura dorsal
- Ojos llorosos, tendencia a infecciones
- Predisposición a la laminitis
Síntomas parecidos al Cushing – sin PPID
No todos los caballos con problemas de muda de pelo tienen automáticamente un tumor en la hipófisis.
Especialmente en caballos mayores pueden aparecer
síntomas similares al Cushing cuando:
- el hígado está sobrecargado (por edad, calidad del forraje o enfermedades previas),
- existen deficiencias de minerales y oligoelementos,
- la ingesta de proteína es insuficiente,
- la flora intestinal está desequilibrada.
Esto complica las cosas: una muda de pelo retrasada puede ser señal de PPID o simplemente de un problema metabólico.
Por qué es importante un diagnóstico claro
Un análisis de sangre (test de ACTH) aporta mayor certeza.
El PPID verdadero es progresivo y normalmente requiere tratamiento médico (por ejemplo, con pergolida/Prascend).
Caso práctico: el poni castrado de mi amiga
Cómo puede funcionar este apoyo en la práctica lo muestra el caso de un poni de silla de 20 años:
Hace unos dos años, su propietaria – una muy buena amiga – me llamó muy preocupada. Después del invierno, su pelo simplemente no se soltaba. Mientras su otro caballo ya lucía un brillante pelo de verano, él seguía con un grueso abrigo invernal.
La veterinaria sospechó de Cushing (PPID) y la primera reacción fue:
“¡Vaya, el medicamento es muy caro y aquí en España casi no se consigue!”
Antes de optar por esa vía, decidimos probar primero con un apoyo específico a nivel de alimentación y metabolismo.
En ese momento, el poni recibía principalmente paja y garba (paja sin trillar), que le sentaba muy bien. Añadimos:
- Oligoelementos (como zinc, cobre, manganeso…) para apoyar piel, pelaje y metabolismo
- Levadura de cerveza para la flora intestinal y la función hepática
- Agnus castus en baja potencia (D6), 2× al día, tras consultar con la naturópata equina
- Un poco de avena negra como aporte ligero de proteína para favorecer la muda de pelo
Tras unas semanas, el pelo comenzó por fin a soltarse – al principio lentamente, luego mucho más rápido.
La muda de pelo en el verano siguiente y también en la primavera posterior fue completamente normal.
Como se encontraba muy bien, suspendimos parte de las medidas – Agnus castus, apoyo hepático, oligoelementos y levadura de cerveza.
Esta decisión resultó ser un error:
La primavera siguiente se repitió la situación: la muda de pelo no arrancaba. En absoluto.
Esta vez reaccionamos de inmediato: oligoelementos, levadura de cerveza, cardo mariano y sauzgatillo se volvieron a administrar desde el primer momento.
Una semana después recibí un vídeo: el paddock cubierto de mechones de pelo y el poni otra vez en pleno cambio de pelo.
Conclusión
Con suplementos relativamente sencillos, este poni pudo superar sus síntomas parecidos al Cushing –
sin medicación y sin efectos secundarios.
Ahora sabemos que debemos mantener este apoyo de forma constante, y así lo haremos.
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Nota sobre la disponibilidad del medicamento en España
El medicamento clásico contra el Cushing
Prascend (principio activo pergolida) es en España a menudo difícil de conseguir. Normalmente hay que importarlo a través de farmacias especializadas o del veterinario, lo que implica tiempo y costes adicionales.
Desde 2024 existe una
alternativa europea llamada Pergocoat, también con pergolida como principio activo. Está disponible en varias dosis y podría facilitar en el futuro su adquisición en España – consulta siempre con tu veterinario sobre la disponibilidad actual.
