Wenn das Ca:P-Verhältnis nicht stimmt/Cuando la relación Ca:P no está bien
Die Folgen eines langfristig unausgewogenen Ca:P-Verhältnisses
Dauerhaft zu hoher Calziumanteil:
Ein dauerhaft zu hoher Calciumanteil in der Ration – wie er leicht bei strohreichen Futterkonzepten entstehen kann – verschiebt das empfindliche Gleichgewicht des Calcium-Phosphor-Verhältnisses zu Ungunsten des Phosphors. Das Problem: Phosphor ist essenziell für die Energieversorgung auf Zellebene, für die Bildung gesunder Knochen, Zähne und Zellmembranen. Ein Übermaß an Calcium hemmt jedoch die Phosphoraufnahme im Dünndarm, wodurch trotz ausreichender Phosphorzufuhr ein funktioneller Mangel entstehen kann. Die Folge können ein reduziertes Wachstum, Muskelschwäche, ein stumpfes Fellbild, schlechter Hufhornaufbau oder – bei Jungtieren – sogar Entwicklungsstörungen sein. Auch Blasenprobleme und eine erhöhte Neigung zu Harngrieß oder Harnsteinbildung sind möglich, da überschüssiges Calcium über den Urin ausgeschieden wird und sich dabei im Harntrakt ablagern kann. Gerade bei Pferden mit strohbetonter Fütterung ist es deshalb wichtig, gezielt Phosphorquellen wie Weizenkleie, Hafer oder Luzerne in die Ration zu integrieren, um das Verhältnis im physiologischen Rahmen (idealerweise 1,5:1 bis 2:1 zugunsten von Calcium) zu halten.
Dauerhaft zu hoher Phosphoranteil:
Umgekehrt ist ein echter Phosphorüberschuss – also über das Gleichgewicht hinaus – ebenfalls kritisch zu betrachten. Überschüssiger Phosphor kann sich negativ auf die Calciumverwertung auswirken und bei längerer Überversorgung zu einer sogenannten sekundären Calcium-Mangelversorgung führen. Besonders bei jungen Pferden kann dies die Knochenstabilität beeinträchtigen, während bei adulten Pferden das Risiko für Harnsteinbildung steigt. Zudem kann ein dauerhaft erhöhter Phosphorgehalt die Nieren belasten – ein Aspekt, der bei stoffwechselempfindlichen oder älteren Pferden nicht unterschätzt werden darf. Auch das Risiko einer Darmdysbiose steigt, wenn zu viel Phosphor (v. a. in mineralischer Form) die Schleimhautreizungen fördert oder das mikrobielle Gleichgewicht stört.
👉 Fazit: Ein ausgewogenes Calcium-Phosphor-Verhältnis ist kein „nice to have“, sondern die Basis für gesunden Stoffwechsel, stabile Knochen und funktionierende Zellprozesse. Gerade bei strohreichen Rationen oder hohem Einsatz von Einzelfuttermitteln sollte regelmäßig überprüft werden, ob die Balance stimmt – idealerweise nicht nur rechnerisch, sondern auch mit Blick auf das einzelne Pferd und seine spezifischen Bedürfnisse.
Consecuencias de un desequilibrio a largo plazo en la relación Ca:P
Contenido de calcio excesivamente alto:
Un contenido de calcio excesivamente alto en la ración, que puede ocurrir fácilmente con piensos ricos en paja, altera el delicado equilibrio de la relación calcio-fósforo en detrimento del fósforo. El problema: el fósforo es esencial para el aporte energético a nivel celular y para la formación de huesos, dientes y membranas celulares sanos. Sin embargo, un exceso de calcio inhibe la absorción de fósforo en el intestino delgado, lo que puede provocar una deficiencia funcional a pesar de una ingesta adecuada de fósforo. Las consecuencias pueden ser un crecimiento reducido, debilidad muscular, un pelaje opaco, un desarrollo deficiente del tejido córneo o, en animales jóvenes, incluso trastornos del desarrollo. También son posibles problemas de vejiga y una mayor tendencia a la formación de sedimentos o cálculos urinarios, ya que el exceso de calcio se excreta en la orina y puede depositarse en el tracto urinario. Especialmente para caballos con una dieta a base de paja, es importante incorporar específicamente fuentes de fósforo como salvado de trigo, avena o alfalfa en la ración para mantener la proporción dentro de los límites fisiológicos (idealmente de 1,5:1 a 2:1 a favor del calcio).
Contenido permanentemente excesivo de fósforo:
Por el contrario, un exceso real de fósforo, es decir, uno que supere el equilibrio, también debe considerarse críticamente. El exceso de fósforo puede afectar negativamente la utilización del calcio y, si se sobrealimenta durante un tiempo prolongado, provocar lo que se conoce como deficiencia secundaria de calcio. Esto puede afectar la estabilidad ósea, especialmente en caballos jóvenes, mientras que en caballos adultos aumenta el riesgo de formación de cálculos urinarios. Además, un contenido permanentemente elevado de fósforo puede sobrecargar los riñones, un aspecto que no debe subestimarse en caballos metabólicamente sensibles o mayores. El riesgo de disbiosis intestinal también aumenta si un exceso de fósforo (especialmente en forma mineral) promueve la irritación de las mucosas o altera el equilibrio microbiano.
👉 Conclusión: Una proporción equilibrada de calcio y fósforo no es solo un lujo, sino la base de un metabolismo sano, huesos fuertes y procesos celulares funcionales. Especialmente con raciones ricas en paja o un uso elevado de piensos individuales, se deben realizar controles regulares para garantizar que el equilibrio sea correcto, idealmente no solo desde el punto de vista matemático, sino también teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada caballo.
